Necesito amigos/ kwan es cool/ ayudenme a Escribir.
He querido escribir de los cuadros que colgué.
De la decoración de mi cuarto.
De la mamá de Nenei. De Kwan.
De todas las cosas que me pasan.
No se por donde empezar.
Apenas hoy pensé en lo loco que será volver a festejar mi cumpleaños en Seattle.
Últimamente ando muy agradecida.
Me agradezco a mi misma por todo lo que he hecho.
Soy muy fuerte, y a veces se me olvida.
Agradezco por Kwan.
Por mis amigas.
Mis hermanos.
La vida tan cilíndrica, nada estática.
Me he acordado de las luciérnagas.
Leí que dejaremos de ver campos de luciérnagas. Me puso triste.
Me pone triste saber que dejaremos de ver cosas.
Me uniré al partido comunista una vez obtenga mi ciudadanía en este país.
Ay como odio tener que pedir permiso solo para entrar a otro país dijo mi amigo el otro día.
Ojalá si pidas permiso, te extraño.
Kwan dice que necesito amigos. Que necesito salir.
Le enoja que conozca gente que me lleve a starbucks cuando Seattle esta lleno de buenos cafés.
Yo me río.
Me río de la ironía de tener un esposo que me quiera libre.
Me dio 20 dolares al decirle que habría un carnaval.
aaaa ora ora hay te van 20 dolares morra.
Kwan, en mi país, las mujeres no pueden salir sin el marido.
Piden permiso.
En mi país, las matan.
No quiero que vuelvas.
No quiero ver algún día las noticias, y saber que estas desaparecida.
Kwan parece un hombre, de esos que son muy fuertes, duros, que no te ven a los ojos.
Pero él no es así.
El quiere una guardería para perros, y una casa flotante hecha con contenedores porque esto es el futuro. El no quiere a la CIA ni al FBI.
Kwan, si el pudiera en este instante, resucitaría a Malcom X, reorganizaría al movimiento Black Panther, levantaría su puño y acabaría con este sistema que lo mantiene oprimido.
Este no es mi país. Soy propiedad robada. Me dijo un día.
Y así es como he querido escribirles de todo, amigos, pero no se como comenzar.
De la decoración de mi cuarto.
De la mamá de Nenei. De Kwan.
De todas las cosas que me pasan.
No se por donde empezar.
Apenas hoy pensé en lo loco que será volver a festejar mi cumpleaños en Seattle.
Últimamente ando muy agradecida.
Me agradezco a mi misma por todo lo que he hecho.
Soy muy fuerte, y a veces se me olvida.
Agradezco por Kwan.
Por mis amigas.
Mis hermanos.
La vida tan cilíndrica, nada estática.
Me he acordado de las luciérnagas.
Leí que dejaremos de ver campos de luciérnagas. Me puso triste.
Me pone triste saber que dejaremos de ver cosas.
Me uniré al partido comunista una vez obtenga mi ciudadanía en este país.
Ay como odio tener que pedir permiso solo para entrar a otro país dijo mi amigo el otro día.
Ojalá si pidas permiso, te extraño.
Kwan dice que necesito amigos. Que necesito salir.
Le enoja que conozca gente que me lleve a starbucks cuando Seattle esta lleno de buenos cafés.
Yo me río.
Me río de la ironía de tener un esposo que me quiera libre.
Me dio 20 dolares al decirle que habría un carnaval.
aaaa ora ora hay te van 20 dolares morra.
Kwan, en mi país, las mujeres no pueden salir sin el marido.
Piden permiso.
En mi país, las matan.
No quiero que vuelvas.
No quiero ver algún día las noticias, y saber que estas desaparecida.
Kwan parece un hombre, de esos que son muy fuertes, duros, que no te ven a los ojos.
Pero él no es así.
El quiere una guardería para perros, y una casa flotante hecha con contenedores porque esto es el futuro. El no quiere a la CIA ni al FBI.
Kwan, si el pudiera en este instante, resucitaría a Malcom X, reorganizaría al movimiento Black Panther, levantaría su puño y acabaría con este sistema que lo mantiene oprimido.
Este no es mi país. Soy propiedad robada. Me dijo un día.
Y así es como he querido escribirles de todo, amigos, pero no se como comenzar.
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